Me empeñé en desprenderle la mantilla,
y ella, viendo en mi afán un loco exceso,
-"No -me decía- no! ¿Qué sabes de eso?
Risueño el labio, roja la mejilla.
La fui quitando horquilla tras horquilla
y dándole por cada horquilla un beso.
Cayó el encaje por su propio peso,
y yo doblé a sus plantas la rodilla.
-"Alza -me dijo- estar así no es bello.
La obra empezada concluir te toca.
¡Tengo la última horquilla en el cabello!"
Me erguí, se la arranqué con ansia loca,
se esparcieron sus rizos por su cuello,
ardió mi sangre... y la besé en la boca...
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Boris Mujin. Ellos son dos
mir-es.com
23 10 2010
Comentarios : El mundo habla español
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